Tengo
un problema. El problema es que me muevo en diferentes idiomas (si se
pueda decir esto en castellano) y en diferentes mundos y que estos
idiomas y mundos no se dejan integrar en mí. Además tengo el problema de
que no domino ninguno de estos idiomas como mi idioma de base (si se
pueda decir esto en castellano), el holandés.
La
primera vez que mi di cuenta del problema que tengo fue cuando trabajé
para un instituto norteamericano donde algunos tienen el inglés como su
lengua maternal (¿paternal?) y otros el castellano u otro idioma. Cuando
nos reunimos para discutir los temas que el instituto trata noté que yo
tenía una fuerte preferencia de hablar en castellano en vez de inglés
que suele ser el idioma de base del instituto. (Escribiendo ésta última
frase me surgieron inmediatamente otras palabras que ese término neutral
“de base” como, por ejemplo, “dominante”.)
Durante
los varios años que trabajaba para el instituto desarrollé una especie
de rechazo al inglés y no sabía exactamente por qué. Sabía que tenía que
ver con las relaciones de poder dentro del instituto y con mi falta de
poder expresarme completamente como yo quisiera… En una sola palabra:
tenía que ver con mi frustración.
Sabemos
que la frustración puede llevarnos al rechazo. Y el rechazo puede
incluso llevarnos a una postura de agresión, hacia su mismo o/y hacia el
otro. En mi caso opté por “rechazar” el inglés. Pongo ingles entre
comillas, porque en realidad seguía hablar, leer y escribir inglés. Pero
limité el uso del inglés al mundo laboral, donde ese idioma es como
esperanto: nos entendemos todos muy (o bastante) bien en inglés.
No
es por casualidad que en mi blog, después de un arranque en holandés,
escogí el castellano como idioma dominante. (jaja, ésta vez no tengo
ningún problema con este término) El castellano me da cierta libertad,
una libertad que no tengo expresándome en ingles e incluso expresándome
en mi “propio” idioma, el holandés. (¿Cual es mi propio idioma, mi
idioma profundo? ¿El holandés o una mezcla de idiomas?)
Soy
un extranjero en mi propia lengua, en mi propio mundo, digo
espontáneamente. Y diciéndolo así y dejando de lado todos los otros
pensamientos que surgieron de inmediato después de haber escrito ésta
reflexión espontánea (escribo de una manera instantánea, sin pensar de
antemano lo que digo, “pensar en voz alta” se llama esto si no me
equivoco), reconozco que mi problema es más profundo: toca a raíces de
mi personalidad.
Pero
hagamos una gira (tal vez después la calificaré como un desvío) y
volvamos al tema original y menos personal del problema de gente como yo
que piensan en diferentes idiomas. Ayer descubrí un blog de una señora
simpática (lo del simpático me escapó como cliché) que domina tres
idiomas a la perfección: italiano, inglés y francés. (Ésta es por lo
menos mi impresión, puede ser que ella discrepa.) Ésta señora escribe
sobre la gente que habla diferentes idiomas y ha titulado (¿nombrado?)
su blog “multitongues kids” (niños que hablan varios idiomas) y
“polyglottes en herbe”.
En
su blog sobre los niños multilingües ella cuenta historias chistosas
como, por ejemplo, que su propio hijo mirándola pensativamente la
pregunta: “Mamma… Mama… Mamán?” claramente
dándose cuenta de las tres maneras diferentes de pronunciar el nombre
de su mamá (en italiano, holandés y francés) y preguntándose si
realmente significarían la misma cosa. (Ella escribió esto en inglés: The other day in a rare moment of calm, a pensive Milo
looked at me with a profound look and said: "Mamma….Mama….Mamán ?",
pronouncing them perfectly in Italian, Dutch and French. It was evident
that at that moment he was really aware of the three different ways of
pronouncing my name, and it was as if he was questioning me whether they
really meant the same thing…)
Después,
en el otro blog, sobre los poliglotos, que ella escribe en francés, esa
señora simpática cuenta sobre un grupo interesante y creciente de niños
llamados Third Culture Kids (TCK). Son niños que han vivido en su
juventud en el extranjero y a causa de esto han desarrollado una
“tercera” cultura, que tiene sus orígenes tanto en la cultura de sus
padres como en la del país en que han pasado una buena parte de su
juventud. Resulta que estos Niños de Tercera Cultura suelen tener una
perspectiva internacional del mundo y que son los empleados ideales del
futuro en que se necesita cada vez más de ésta clase de gente “en la
medida en que aumentan los mercados y los puestos de trabajo
globalmente”. (Textualmente elle dice, citando un experto en la materia: Les
TCKs deviennent souvent les prototypes citoyens multilingues et
travailleurs idéaux du futur, recherchés professionnellement au fur et a
mesure que les marchés et les postes augmentent globalement, " écrit
Holmestrom dans son article "Etrangers dans leur propre terre".)
Entonces,
¡qué tonto de problema tengo! Hay todo un futuro lindo que me espera,
hablando holandés, inglés, francés, alemán, castellano, italiano (un
poco) y (un otro poquito) portugués! ¿Por qué me hago problemas?
Después
de una pausa de varios minutos contesto a esa pregunta, que no quiero
cambiar de trabajo y no necesito cambiar de trabajo, porque ya tengo un
trabajo que requiere un dominio de varios idiomas. E incluso, y esto les
tal vez sorprenderá, en mi trabajo ya he sobrepasado mi rechazo al uso
del inglés… Todos los días estoy escribiendo cartas en inglés y hasta
edito textos de otros en inglés (pero siempre necesito un chequeo final
de un "native speaker").
Entonces
repito, ésta vez con más fuerza: Por qué cansar a mis lectores con ese
problema de idiomas y mundos que no puedo integrar en mi propia persona…
si resulta que es un problema de mierda que ni existe.
“¡Andáte
a visitar a un siquiatra (argentino u otro) o vaya a visitar a un amigo
para charlar de tus problemas de integración de la multitud de
personalidades que albergas dentro de ti y no nos aburras más con estos
problemas, coño (tonto)!”
“Pido disculpas, pero sigo teniendo un problema…”
“Y ¿cual es exactamente?”
“Que no sé expresarme de una manera satisfactoria en ninguno de los idiomas extranjeros que hablo.”
“Y ¿qué significa satisfactoria para ti?”
“Que domino el idioma a tal perfección que puedo decir todo lo que quiero.”
“Y ¿por qué no te limites al idioma que hablas y escribes bien, el holandés?”
“Porque en ese idioma me siento limitado, restringido… Necesito hablar y escribir otros idiomas…”
“¿Para qué? ¿Qué es lo que estás buscando, amigo?”
“No sé… Tal vez quiero descubrir cosas que siento que tienen que ver con migo mismo y mis antecesores…”
“¿Quieres decir tus padres?”
“No, más bien, mis abuelos, porque mis padres son holandeses…”
“Madre mía, ¿por qué volver a tiempos tan lejanos, tan remotos de tu existencia? ¿Qué te pasa, hombre?”
3 Comments:
Tienes muchísima suerte, tu vida no es corriente. Amigos así no los tiene cualquiera. Que tuvieras que gritar su nombre mientras ibas por la selva da idea de lo poco usual que era su vida, y da idea de lo importante que para ti era y es él. Holanda, otra cultura, o me lo parece. Lo es, tengo la convicción.
Un abrazo
José Luis, él era la única persona que los milicos buscaban después del golpe. Él era activo en el Partido Socilista, era bien educado, por su propia iniciativa, fue enérgico, lo que he notado cuando nos bajamos de la montaña después de una larga reunión con él y su mujer (que ya había preparado la cama para mí, "Jan, te quedas por la noche" dijo él y yo dije que Aafke esperaba que vuelva - aún no teníamos teléfono móvil), lo que él hizo más rápido que yo, a pesar de que yo estaba bastante deportista.
Un abrazo
José Luis, quería decir que él era la única persona del centro de reforma agraria donde yo había vivido y trabajado... que los milicos buscaron después del golpe. En el otro centro de reforma agraria donde yo vivía en 1973 los milicos asesinaron a cuatro de mis compañeros.
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