Tuesday, December 23, 2025

Memoria (1)

Escribo en este blog de manera rápida y fácil. Porque no pienso antes de teclear una palabra, o lo pienso solo en el instante mismo de teclear, igual como toco la guitarra o cuando hablo en forma espontánea, sin medir mis palabras. Sin embargo, en mi trabajo económico (social económico, enfocando la justicia social, y político económico, enfocando el poder) pienso en forma y en base de un tiempo largo, tanto para adelante como para atrás. Y suelo hacer lo mismo cuando pienso en personas, amigos, familiares y desconocidos que encuentro en la calle o en una tienda.

Escribí sobre lo último en la entrada "Mi barrio" y el ejemplo que menciono es mi encuentro en la calle con un hombre viejo, pero más joven que yo. En pocos minutos sabía de donde venía, quienes eran sus abuelos, adonde habían emigrado (a Argentina), etcétera.

Anteayer me pasó lo mismo en mi caminata por el barrio: me topé con alguiien en la calle del centro comercial que me dijo que tenía 43 años, que su padre murió a los 71 años y que su madre le había dicho de preocuparse más de su salud. Era gordo y últimamente iba a caminar cada día. "Hay que moverse," me dijo con una sonrisa un poco insegura. Y poco después, mirando hacia el fin de la calle, me dijo: "Qué lástima que el oliebollenkraam está cerrado." Oliebollenkraam es un carro en la calle donde venden oliebollen y la palabra oliebol debe estar en google translation...

Me topé con el hombre de 43 años (no digo 'el gordo', porque no me gusta limitar la personalidad de alguien a esa caraterística; 'el flaco' no me molesta) que se quejó de que muchas tiendas estaban cerradas, a esa hora de la mañana del lúnes y como él y yo eran más o menos las únicas personasque caminaban en la calle, que tiene tiendas a ambos lados, lo esuchaba decir eso a si mismo. 

Podría reproducir más del encuentro con el hombre de 43 y también podría contarles de mis encuentros enseguidos con el dueño de una tienda donde vende losa, quien me habló de sus tres gatos, y la joven mujer (40 años?) en la tienda de casi al lado donde venden productos de buena cualidad de sanidad (compré un pan negro con una textura que me gusta y mirando  un tiempito más, encontré también un té que me gusta por el sabor de ginger que contiene) que me dijo que ella era ecuatoriana y me preguntó si venía de Argentina... Me dijo que ella también habla italiano. Nos despedimos unos minutos después dándonos la mano. En Brasil ella me hubiera dado un beso, como me pasó una vez en Río de Janeiro cuando pregunté por una calle y una joven muijer me acompañó hasta la esquina de esa calle. En Brasil eso era normal, por lo menos en una ciudad como Rio de Janeiro, en el campo era diferente.

En la foto de arriba mi compañera y yo estamos en la playa de Ipanema. Alguien en la playa tomó la foto en el mes de octubre de 1982. 

1 Comments:

Blogger andandos said...

Tus historias siempre son interesantes, humanas y universales. Felices Navidades para todos vosotros. Un abrazo.

1:35 AM  

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