Vuelvo de mi caminata a las esclusas,
Entre six et sept. Son las siete de la mañana en este preciso momento. Durante mi caminata tenía que pensar otra vez en Ko.
Anoche escribí a mi amigo Alejandro:
Lo que me impactó a mí, y también a Aafke y Belle y Jannis, es que
mi querido dueño de la tienda donde compraba queso, leche, salchiche
y lasagna, se suicidió el sábado.
El jueves y viernes estuve con él en su tienda y hablábamos como siempre de cosas
'no importantes' e 'importantes'.
El viernes hablé largamente con su mujer, que vivía en su juventud
en Australia.
Cuando salía de la tienda vi a él (se llama Ko) en el taller detrás de la
tienda, a través de la puerta abierta. Nos saludábamos y él tenía una
sonrisa que interpreté como: qué lindo que hablaste largamente con
mi mujer.
Ese mismo viernes él llamó a su hija diciéndole que tenía que llegar a
tiempo el día siguiente por la mañana porque su madre (la mujer de Ko)
estaba enferma. Ambas siempre ayudaban el sábado en la tienda.
Cuando la hija entró el sábado por la mañana veía a su papá colgado
en el taller.
Gritó tan fuerte que los vecinos llegaron corriendo.
Qué triste. No entiendo por qué se suicidió. Era siempre alegre,
pero no de manera exagerada. Parecía un hombre equilibrado, contento, preocupado por su mujer que ha sido muy enferma (de
cerebro) y todavía está muy a menudo enferma.
Durante los días pasados tenía que pensar muchas veces en esa sonrisa de Ko cuando nos saludábamos por la última vez. Qué pensaba él en ese momento?
Hace dos años escribí en este blog un post sobre Ko:
Dag Ko, dag Jan
El primer café con leche era muy
rico, gracias a la leche entera viniendo directamente de la granja y el
buen café, ambos productos comprados en una tienda que suelo visitar
regularmente, en que el
dueño siempre me saluda diciendo "dag Jan" y yo lo saludo diciendo "dag Ko" y
a nos dos nos gusta vernos y charlar un rato. Incluso cuando no decimos
nada nos sentimos bien.