Hace siete años escribí el siguinte post en este blog:
"La utopía es escuchar el canto del ruiseñor.
La utopía es caminar entre el perfume del Anthriscus silvestris.
La utopía es saludar a tu vecina radiante.
La utopía es ver el brillo del sol en el río.
La utopía es ver la salida del barco al mar.
La utopía es entrar en tu casa y ver a tu mujer en falda de verano.
La utopía es saborear el café recién hecho en cafetera Bialetti Venus 4.
Toda esa utopía se hizo realidad la hora pasada.
Lo
único que falta es saludar a mi hijo... Todavía duerme después de una
noche intensa de estudios. Estudia física, pero su mirada va más allá de
la materia, como ya se podía ver cuando era niño. Dentro de poco
cumplirá 19 años, la edad que tenía yo cuando iba a vivir con la
compañera que dio a luz a él."
Para ser exacto, lo escribí el 10 de mayo 2006, o sea en plena primavera. Como ilustración colgué
una foto de mi hijo de pequeño.
La foto de arriba está en la puerta de la nevera, colgada en ella por nuestra hija, creo después de la salida de él de nuestra casa.
Y la utopía? Siempre está presente, con la sola diferencia que todavía no he escuchado el canto del ruiseñor, no he caminado entre el perfume del Anthriscus silvestris... Pero pronto tendré la posibilidad de vivir esas utopías y las demás descritas. Y claro, la cafetera Bialetti Venus 4 la realiza cada día.