Inspirado por
un post de Jesús, busqué en mi archivo de fotos si hubiera una que hablara del mismo de que Jesús habla. En vano. Esos momentos de mi juventud no han sido fotografiados, lo podría haber sabido de antemano. Porque estábamos siempre solos, sin padres con máquina fotográfica en la mano.
Quedan las memorias y son muchas. Varias de ellas he usado en mi novela en que el protagonista anda en paisajes en el sur de Italia y, por algo que ve, escucha o siente, su mundo interior es despertado y lo lleva a los años de su juventud.
En mi búsqueda en el archivo encontré una foto que acerca, en cuánto a sentimiento de libertad y armonía con la naturaleza, un poco lo vivido en aquellos años de mi juventud. La foto (ve arriba) no fue sacada en el paisaje donde vivía sino en el sur de Suiza, donde estuve de vacaciones (pagado por un tío rico) y donde ya estaba un poco en camino a Italia.
Mis tías me llamaron 'el pequeño italiano'. Hay una película que muestra paseos semejantes durante esas vacaciones al lado del Lago Maggiore cerca a Locarno. La vi hace poco en una reunión familiar y viéndome caminar y saltar me conmovió suavemente como la llovizna que sentí trayendo un cappuccino al taller en el jardín donde trabaja mi compañera.
Mi madre me dio libertad completa en mi juventud. Ella anda detrás de mí. Ella me ha estimulado de descubrir el mundo.