
Tengo una hermana que vive en el sur de Francia, en una casa en el campo. Aquí se ve parte de su terreno, es amplio, 12 hectáreas. La vista es larga, es mucho más larga que la vista que tenía ella desde la casa donde vivía antes de emigrar a Francia.
Ya son tal vez 12 años que mi hermana vive en Francia. O más? No me acuerdo cuando salió, podría esforzar mi memoria para recordar la fecha, pero no tiene mayor importancia. Lo que es importante es que ella ha salido, ha viajado al sur, y que dentro de poco va a viajar más al sur, al sur de Marruecos, porque ahí se tiene una vista aún más larga.
En Marruecos ha vivido antes, ella, en el norte, recién casada con un ciudadano de ese país. Ya es hace años que vivían ahí, mi hermana y su marido, los he visitado varias veces. En aquel entonces todavía no tenían la preciosa hija, mi querida sobrina que he visto nacer.
Mi hermana se divorció hace casi 30 años. Ella lee mi blog y espero que no le moleste que escriba sobre ella. Lo hago con cariño, ella lo sabe. Y no necesita tener miedo de que vaya a decir cosas que no quiere que se las diga yo. Lo único que quiero decir aquí es que la mirada a una colina pueda invitar a reflexionar sobre algo. También es posible no pensar nada, lo que suelo hacer cuando estoy en el terreno mismo.
Ahora sí pienso a varias cosas, tal vez a causa de la distancia. Un pensamiento es que he andado con mi hermana en el sur de Italia, en el campo, en los pueblos donde tengo amigos y parientes lejanos.
Estoy mejorando mi novela, que está ambientada en el sur de Italia.