Monday, January 30, 2017

... y las dos últimas cartas


Yo a los 15 años
15 de noviembre 1999
Querida María,
Hoy es el dia de cumpleaños de mi hermano, quien entra en sus 54 años. Me suena como bastante viejo... pero esto significa que yo también ya soy bastante viejo. Siento que hay como una frontera, pasando de los cuarenta a los cincuenta. Que opinas tú?
Como sabes, no es una pregunta que necesitas contestar. Pero si podrías decir: "Tienes razón, Jan Joost, las personas que entran en sus 50 años, como tú, han dejado de ser joven, ya no hay remedio, tendrás que vivir con lo viejo que ya sos."
A través de mi ironía percibes seguramente que, de repente, me siento un poco viejo, un poco estancado, "a la espera" de noticias del ministerio, a la espera de la reapertura de nuestro diálogo (aunque ya se reabrió, estoy "esperando" a que se reabre de una manera más fluida, espontánea -- de mi parte -- y mas rica -- también de mi parte).
Como ves, estoy otra vez escribiendo párrafos cortos, que expresan algo de lo que siento y quiero.
"Va a salir" me dices todo el tiempo y creo que esto sea válido no solo para el subsidio del ministerio sino también para nuestro diálogo.
Ahora te mando estas pocas líneas antes de que llegue la persona de la imprenta. Increíble que ya son las 14,45 hrs! En el momento de leer esto para ti son casi las 11,00 hrs, no cierto?

6 de diciembre 1999
Querida María,
Voy a traducir la primera hoja que acabo de enviarte, que es una copia del diario que tengo acá en mi oficina. La letra dice lo siguiente:
12 de julio 1999
Hace siete meses, el 12 de diciembre 1998, he llamado a Maria.
Esta florcita la corté hace un par de días cuando tuve que meter más plata (dinero) en el parquímetro y veía en el medio del pasto verde esta florcita violeta-azul, acompañada por un par de sus semejantes.
Hoy he enviado una carta por fax a María, igual como (lo hice) los dias anteriores. El 7 de enero hemos comenzado una correspondencia que, milagrosamente rápido, era abierta e intima (familiar, de confianza). La vida es un milagro. 
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PD: Como dije en el otro post, La primera carta... , pensaba que había botado la correspendendia entre María y yo, pero solamente había botado todas las cartas escritas por ella y yo en forma de hojas imprimidas o escritas a mano. No había botado desde mi archivo en la computadora (el ordenador) las cartas que yo había escrito a máquina (pero sí las cartas escritas con pluma). Un pequeña corrección: conocí a María cuando yo tenía 14 años y ella 12 años, y cuando ella salió de Holanda en el verano yo tenía 15 y ella 13 años.

2 Comments:

Blogger andandos said...

Es curioso leer las cartas de los demás. Entras en su intimidad. No sé cómo acabaría la relación pero lo que tú escribes es cariñoso y respetuoso. Que me ha gustado, eso quería decir, y que se te notaban los esfuerzos que hacías para no hablar más de la cuenta.

Un abrazo

7:22 AM  
Blogger giovanni said...

Ahora ya sabes como acabó. Hay muchos detalles en el camino, pero creo que solamente tendría sentido contarlos cuando lo haría de manera interesante. Podría resultar en una novela corta pero creo que no voy a escribirla.

Un abrazo

11:40 AM  

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