Saturday, December 07, 2013

Pensando en Sevilla y mi suegra (1)

Todavía ando en los callejones, todavía escucho las voces staccato desde los bares, todavía veo el cielo azul que me unía con las piedras, la tierra de color moreno amarilla y los jardines cerca del hotel donde me alojé en Sevilla y, sin embargo, pienso en mi suegra que visité ayer junto con mi hijo. Ella está temporalmente en una casa de convalecencia para recuperar fuerzas y poder volver a su casa. Se había caído en su casa y el médico decidió que ella no podía quedarse sola en su casa. Nos contó ayer que la habían transportada de su casa en una ambulancia, atada, y que no podía gritar que no quería salir de su casa. Lo contó con su ironía fina. Y después contó que no podía andar sola o ir al baño sola y que se adaptaba a la vida en la casa de convalecencia y que esperaba poder volver a casa lo más pronto posible.

Mientras mi hijo (el más que yo, esta vez) y yo hablábamos con ella en la sala de reunión y de divertimiento escuché música alegre y no sabía de donde venía, hasta que descubrí que venía del primer piso, o de la primera planta cono dicen los españoles. Subí las escaleras, me acerqué a la música y vi por una esquina abierta, pero con puerta cerrada, un gran número de viejos reunidos en sillas de ruedas y otras sillas escuchando a un grupo de cuatro hombres viejos, digamos un poco más viejo que yo (estás seguro?), músicos que tocaban la clarinete, tuba, batería y el banjo. Uno de ellos, el de la batería, cantaba canciones de jazz popular y yo veía mover las bocas de algunos viejos según la letra de la canción.

Al final me acerqué a los músicos y dije que la música me había llevado (traído?) hacía arriba. Se reían. Hablé con el que tocaba el banjo y le dije que tenía una guitarra tenor en mi casa, heredada de mi abuelo el músico. 'Me encantaría tener esa guitarra,' me dijo. 'Sí,' le dije, 'tiene la misma afinación que un banjo e igual que el tiene cuatro cuerdas. Los guitarristas como yo no saben tocarla.' 'Hay que salir de acordes,' me dijo él. 'Qué es su dirección,' le pregunté. La dio y vamos a ver si le pegara una visita en un futuro no demasiado lejano.

Mi hijo se reía cuando volví con la historia del primer piso y dijo que era increíble como yo hablaba con toda la gente. Mi suegra le dijo que eso era una capacidad muy buena, que una cosa linda de la vida era hablar con otra gente y conocer parte de su vida, sin otro objetivo que enterarse de ella.

12 Comments:

Blogger Maria Dolors said...

Es fantásica esta manera de ser tuya, Giovanni, los mayores agradecen
muchísimo la compañía y más en estos
centros donde residen provisionalmente ( o no ) para recuperarse, la música es una terapia
fantástica, también una manera de expresarse y evadir pensamientos tristes. Deseo que la madre de Aafke
se recupere pronto.
Un fuerte abrazo.

12:15 AM  
Blogger giovanni said...

Maria Dolors, cuando visité una tía que vive en una casa particular con unos ocho ancianos más, había llevado mi guitarra. Después de tocar para ellos varias melodías los prometí de cantar la canción Marina (de Rocco Granata) en mi próxima visita. Todavía tengo que aprender a cantar esa canción. De joven la cantaba, en letra que yo pensaba era italiano. Cantándola para un italiano el no entendió nada (o se dice: el entendió nada?).
Un abrazo grande.
(ps: ya he contado esta anécdota antes en este blog, pero la repito porque concuerda con lo que dices; viendo las caras de los compañeras de mi tía también a mí me daba una gran alegría)

1:12 AM  
Blogger giovanni said...

...de todas maneras se dice: cuando visité A una tía...

1:13 AM  
Blogger Myriam said...

Bueno, Gio, que se mejore tu suegra. Que lindo lo de la guitarra-tipo-banjo, no sabía yo que esas guitarras existían.

Veo que eres de carácter extrovertido, bueno para hacer relaciones.

Abrazos

10:40 AM  
Blogger Jesús Miramón said...

Te leo de adelante hacia atrás y ahora llego a tu suegra en la residencia. Espero que pueda regresar pronto a su casa. Te interesa la gente porque eres profundamente humano, Giovanni. Otro abrazo.

10:52 AM  
Blogger giovanni said...

Myriam, no es un instrumento común, yo no lo había visto antes de heredarlo. Soy también introvertido, dicen o decían.

Abrazos

10:38 PM  
Blogger giovanni said...

Jesús, ese interés es genético, creo, como la capacidad de hablar idiomas. Y claro, conocer a gente hace de la vida una fiesta.
Otro abrazo

10:41 PM  
Blogger Elvira said...

Me has emocionado. Un abrazo, Giovanni!

1:01 AM  
Blogger giovanni said...

Un abrazo, Elvira.

10:27 PM  
Blogger andandos said...

Mi padre era así, no le costaba nada entablar conversación con cualquiera, y solía decir que hay que tener conocidos hasta en el infierno. Creo que es algo bueno, la facilidad para hablar con cualquiera.

Un abrazo

4:09 PM  
Blogger giovanni said...

José Luis, me encanta esa observación de tu padre que hay que tener conocidos hasta en el infierno. Interpretada de otra manera se podría decir: hay que hablar también con tus enemigos.

Qué son enemigos?

Un abrazo

9:28 PM  
Blogger Elena Martín said...

qué bien suena este post...espero que tu suegra esté mejor

buen día Giovanni :)

2:31 AM  

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