La libertad y los límites
La lengua tiene sus límites y muchas veces me gusta empujarlos o desafiarlos. Me refiero a la lengua en general, no a una lengua específica. He dicho varias veces que no me gusta el inglés, pero eso es más bien mi falta de interés en "entrar" en ese idioma como sí he entrado en las habitaciones del francés, castellano e italiano. Lo curioso es que el idioma que domino lo menos de estos tres me es lo más cercano - por su canto.
Uno de los límites de la lengua que me interesa es la falta de poder decir varias cosas al mismo tiempo, sobre todo cuando escribes. A veces eso me hace impaciente. Hablando se puede decir más al mismo tiempo, con los gestos, la expresión de tu cara, de tu cuerpo, la risa, y el lanzar de palabras sueltas, sin sintaxis, pero por eso a veces más significativas.
Un otro límite es la forma, más allá de la sintaxis. Hay muchas formas de escribir, y también de hablar, pero en el hablar la gente está menos consciente del estilo que se usa.
Me encanta jugar con la lengua pero mi mujer dice que mi mezclar de idiomas la cansa. Jugando con palabras y significados que a veces apenas conozco o incluso desconozco (mi cabeza registra mucho) me siento más libre.
En el post anterior usé la palabra miedo para explicar algo y por sus comentarios me di cuenta que muchas interpretaciones son posibles. Lo que no pretendía decir es que el inglés por si solo rige las relaciones de poder en este mundo. Los que ejercen poder hablan muchos idiomas (pero seguramente tienen un "idioma" en común).
Sigo leyendo Clarice Lispector (ahora leo "Lazos de familia") y ella logra pasar o ampliar límites de la lengua dentro de la forma literaria. Ella escribe con pasión (se la nota).
Mi hija estuvo (estaba) con su amigo en el norte. Desde hace poco ella hace kung-fu (con formas estrictas prescritas). Se siente más libre.
Uno de los límites de la lengua que me interesa es la falta de poder decir varias cosas al mismo tiempo, sobre todo cuando escribes. A veces eso me hace impaciente. Hablando se puede decir más al mismo tiempo, con los gestos, la expresión de tu cara, de tu cuerpo, la risa, y el lanzar de palabras sueltas, sin sintaxis, pero por eso a veces más significativas.
Un otro límite es la forma, más allá de la sintaxis. Hay muchas formas de escribir, y también de hablar, pero en el hablar la gente está menos consciente del estilo que se usa.
Me encanta jugar con la lengua pero mi mujer dice que mi mezclar de idiomas la cansa. Jugando con palabras y significados que a veces apenas conozco o incluso desconozco (mi cabeza registra mucho) me siento más libre.
En el post anterior usé la palabra miedo para explicar algo y por sus comentarios me di cuenta que muchas interpretaciones son posibles. Lo que no pretendía decir es que el inglés por si solo rige las relaciones de poder en este mundo. Los que ejercen poder hablan muchos idiomas (pero seguramente tienen un "idioma" en común).
Sigo leyendo Clarice Lispector (ahora leo "Lazos de familia") y ella logra pasar o ampliar límites de la lengua dentro de la forma literaria. Ella escribe con pasión (se la nota).
Mi hija estuvo (estaba) con su amigo en el norte. Desde hace poco ella hace kung-fu (con formas estrictas prescritas). Se siente más libre.
4 Comments:
Es uno de los puntos de Clarice, Giovanni, traspasar esos límites. Ella misma lo confirma en escritos no literarios, su deseo, impaciencia y frustración. Y es verdad que una de las formas de traspasar esos límites es recurrir a varias lenguas. Porque hay palabras en una lengua que no existen en otra. Son intraducibles. Son, por tanto, dos percepciones distintas de la realidad. Otra forma es la imagen, o el signo, un sólo signo. Finalmente está el silencio.
Siempre me hizo gracia que la lengua, la de la boca, se llamará así mismo, como se llama también la lengua ( sistema de comunicación verbal) y jugaba a cambiar el nombre a la lengua (la de la boca), la llamaba de distintas formas: lema, rastro, forma y eso me daba otras sensaciones distintas, le daba una identidad nueva a la lengua (la de la boca) y a la otra lengua también. Sé que es raro esto que digo y te aseguro Giovanni que en el desayuno he tomado solo té, no he bebido nada raro;-). Esto era solo para decirte que yo también juego con la ‘lengua’ a mi estilo.
Creo que por muchos idiomas que se tenga, uno se siente más cómodo e identificado con uno.
Sí Clarice utiliza el lenguaje interior. Es raro porque ‘Familia’ es un sinónimo de íntimo, doméstico, particular.
Me gustaría leer esos textos no literarios. No es solo que palabras en una lengua no existen en otra, sino también que algunas (o muchas?) palabras en una lengua tienen otra connotación, otro sonido, otra manera de pronunciación, otro canto y así deja otro resultado emocional y cognitivo antes y después de haber pronunciado esas palabras o leídas esas palabras porque el leer también puede ser un proceso multifacético en que pronuncias las palabras o las escuchas.
Y cierto, al final reina el silencio, un momento muy importante, como lo muestra la música en que un corto momento de silencio en medio de una pieza puede tener más impacto (lo tiene!) que los sonidos.
Olvido, coincidimos en el momento de escribir comentarios y me encuentro de sorpresa con el tuyo en el momento de ver el mío.
En holandés se puede comer la lengua de dos maneras:
- hij slikte zijn tong in (se tragó la lengua; una expresión holandesa)
- tong eten (comer "tong", es un pescado).
Seguro que hay más expresiones con tong. En holandés hay un sinnúmero de expresiones que se refieren a la vela (la voile, no la vela que se encienda, alluma-francés).
Hay también tongzoenen (besos de lengua).
Justamente he leído el cuento Lazos de familia.
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