La Provence
Estábamos leyendo dentro de la casa, agradable, atmósfera relajada (siempre), los dos contentos, ella acostada con su libro en el único sofá, yo sentado en un asiento cerca de una lámpara (sin usar anteojos). Afuera había esa oscuridad profunda que la noche anterior, en una caminata, me había hecho buscar con dificultad el camino hacia arriba, hacia la plaza del pequeño pueblo. De repente habíamos visto la torre de la iglesia, iluminada, y nos encantó su aparición.
Mi compañera se levanta y dice 'Voy a pintar la torre de la iglesia'. Desapareció en la oscuridad.
Otro día. Estoy leyendo en una terraza de un pueblo, un grand café au lait sur la table. Brilla el sol, el sol brilla aquí todos los días, hay una luz hermosa, agradable (otra vez), soy contento (otra vez). Acabo de comprar en una pequeña librería en Saint Paul Trois Chateaux un libro de Álvaro Mutis ("Le rendez-vous de Bergen"), de Stefan Zweig ("Vingt-quatre heures de la vie d'une femme") y de Sándor Márai ("Le miracle de San Gennaro"). Estoy contento por tener a mano esos libros, no sabía que Márai había escrito una novela inspirada por los años en que había vivido en Napoli (1948-1951), pero también estoy contento por la luz, por la atmósfera.
Mi compañera me dibuja mientras leo. No está satisfecha con el resultado, me dice, de vuelta en nuestra casa en Holanda (volvimos anoche), y quiere botar el dibujo. Tomo tijeras y corto mi cara. Así queda "la atmósfera" que tanto me gusta en la Provence (que forma parte 'du midi', o sea, el sur de Francia).
Me costó escribir estas líneas en español, después de una semana d'être plongé dans la méditerranée française. Eso no quiere decir que las hubiera escrito con más facilidad en francés, malgré la présence du français dans ma tête.
Antes de eso estuve dos semanas en Alemania, lo que explica mi larga ausencia.
PD: Es coincidencia que el párrafo al lado del dibujo Midi Libre cabe justo. Son de esas coincidencias que me gustan.
Mi compañera se levanta y dice 'Voy a pintar la torre de la iglesia'. Desapareció en la oscuridad.
Otro día. Estoy leyendo en una terraza de un pueblo, un grand café au lait sur la table. Brilla el sol, el sol brilla aquí todos los días, hay una luz hermosa, agradable (otra vez), soy contento (otra vez). Acabo de comprar en una pequeña librería en Saint Paul Trois Chateaux un libro de Álvaro Mutis ("Le rendez-vous de Bergen"), de Stefan Zweig ("Vingt-quatre heures de la vie d'une femme") y de Sándor Márai ("Le miracle de San Gennaro"). Estoy contento por tener a mano esos libros, no sabía que Márai había escrito una novela inspirada por los años en que había vivido en Napoli (1948-1951), pero también estoy contento por la luz, por la atmósfera.
Mi compañera me dibuja mientras leo. No está satisfecha con el resultado, me dice, de vuelta en nuestra casa en Holanda (volvimos anoche), y quiere botar el dibujo. Tomo tijeras y corto mi cara. Así queda "la atmósfera" que tanto me gusta en la Provence (que forma parte 'du midi', o sea, el sur de Francia).
Me costó escribir estas líneas en español, después de una semana d'être plongé dans la méditerranée française. Eso no quiere decir que las hubiera escrito con más facilidad en francés, malgré la présence du français dans ma tête.
Antes de eso estuve dos semanas en Alemania, lo que explica mi larga ausencia.
PD: Es coincidencia que el párrafo al lado del dibujo Midi Libre cabe justo. Son de esas coincidencias que me gustan.
13 Comments:
Pues sí, estabas buscándola, más poesía, precioso todo, los dibujos, la historia.
Un beso, Giovanni.
Me alegro de que lo hayas pasado tan bien. La torre es mágica, y el ambiente del café se capta bien aunque hayas cortado el trozo en el que tú estabas. Un beso
Bel, así es, estuve buscando más poesía y aunque está por muchos lados, en la Provence está a la mano, a la vista directa. Y ni he hablado del olor de las hierbas, de pain aux raisins, de la Rhône, la Cèze o l'Ardèche ou de Jean Giono.
Otro beso
Elvira, la magia de la torre está bien captada, gracias a lo oscuro y la inspiración de la artista. Dejé algo de mí en el otro dibujo, mi camisa roja regalada por mi compañera.
Un beso
Midi Libre... Es extraño. Todo el mundo quiere ser libre.
Has estado cerca, casi podríamos habernos visto.
Te extrañé,Giovanni! Volviste con tu prosa deliciosa y las deliciosas pinturas de tu compañera.
Y desde aquí veo brillar "tu" atmósfera.(pero no puedo leer sin anteojos)
Un beso!
Bueno me pregunto como yo de ermitaño no tengo tiempo apenas para leer Gozo ccon tu gozo de lectura. espero la publiccación de tus videos
Supongo que hay más pinturas de esos viajes
aqui lluvia ligera, retroceso al abrazosotoño.
Me gustaría escriibir sobre mi concepción de lo que es la Filosofia de la Ciencia desde un punto de vista socrático.
Te leo a veces y hoy por fin me animo a escribir. No porque el texto me haya gustado más o menos, sino porque hoy es el día, me apetece decirte que me encantan tus historias pequeñas, cotidianas, tu lenguaje sencillo, tus cambios de idioma.
Veinticuatro horas en la vida de una mujer me lo leí casi sin respirar, de un tirón. Es pequeño y la historia te envuelve, muy fácil de leer. Espero que te guste.
Un saludo.
color y poesía: todo es posible.
un beso
Querido Giovanni, me alegro de que sigas disfrutando intensamente de la vida, y que nos hagamos todos compñía cibernética.
Tengo una petición para ti. El mes próximo voy a realizar un viajecito por la Provence. ¿Me recomiendas algo?
Pau: casi... y eso de querer ser libre, es obvio, no?
Rayuela: gracias por tus palabras graciosas.
Alejandro: gozar con el gozar del otro, eso es signo de juventud y madurez, no crees?
Fusa: me alegro que te gustan mis historias pequeñas. Estoy por poner otras (con vídeos).
Ana: color y poesía, así es la vida.
Nuareg: dame tu correo y te escribo. El mío es j.j.teunissen@planet.nl
OK,espero tus consejos.
touaregzahara@gmail.com
Saludos
Ah el Midi! una cuenta pendiente...
algún día. Precioso viaje y preciosos dibujos.
Un abrazo
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