Ernesto (4)
Ernesto vivía con sus padres en una calle en Ámsterdam cerca de lo que ahora conocemos como La Casa Ana Frank. Ese día los militares alemanes golpearon la puerta de la casa porque alguien había delatado, había traicionado y dicho que tenían escondidos a judíos. Llegó un momento en que un oficial alemán golpeó al joven Ernesto con su cabeza contra el fregadero de granito para sacarle información. No habló. Llevaron a sus padres. Ellos permanecieron largo tiempo (tengo que preguntar a mi compañera o la esposa de Ernesto cuanto tiempo, creo que fue un año) en un campo de concentración, hasta que un día un médico alemán militar, que vino de visita al campo, reconoció la mamá de Ernesto; ella era la enfermera con quien había trabajado en el tratar de los heridos en la batalla del "Grebbeberg", un sitio al lado del río Rin donde los militares alemanes y holandeses lucharon en los primeros días de la invasión alemana en 1940. El médico alemán logró soltar a los padres de Ernesto.
Cuando Ernesto me contó la historia del oficial que le había golpeado con su cabeza contra el fregadero, sus ojos brillaron aún más intensos que normal. Fue la única vez en que le escuché (escuchaba?) decir que hubiera querido matar a ese hombre. Entendí su rabia.
Mi amigo Bernardo me envió por e-mail la letra de un tango que precisamente se llama Madreselva (es de 1931) y que cantaba Libertad Lamarque, una muy importante cancionista argentina, incluso en una película de la época con el mismo nombre, Madreselva.
Cuando Ernesto me contó la historia del oficial que le había golpeado con su cabeza contra el fregadero, sus ojos brillaron aún más intensos que normal. Fue la única vez en que le escuché (escuchaba?) decir que hubiera querido matar a ese hombre. Entendí su rabia.
Mi amigo Bernardo me envió por e-mail la letra de un tango que precisamente se llama Madreselva (es de 1931) y que cantaba Libertad Lamarque, una muy importante cancionista argentina, incluso en una película de la época con el mismo nombre, Madreselva.
8 Comments:
el retrato pintado con palabras que reproduces en el post anterior es conmovedor, al igual que lo que nos cuentas en este...son realidades muy duras que no deberían olvidarse, aunque sean parte de un pasado tan terrible.
Besos y un fuerte abrazo
Escribe, Giovanni, pues estoy siempre acá...leyendo atentamente tus textos. Un abrazo, Juliano.
Estoy siguiendo la triste por un lado, historia de Ernesto y la alegria vuestra de haberle conocido.
Saludos
Noto tu tristeza a traves de tus letras y me conmueve. En este caso es igual que el verbo no sea el correcto el sentimiento se palpa. Bravo Ernesto, que ganó un gran lugar en el corazón de vuestra familia. Un abrazo fuerte para toda la familia.
¿Y quién no hubiera sentido lo mismo?
Que no vuelvan los nazis nunca más!
Es que la voz de Libertad Lamarque es por si misma un tango...
que lindo es ver la historia de alguien reflejada en los ojos de otro...nunca sabras cuanto de lo que sientes y escribes llega a la verdadera vivencia de aquel que te la transmite...pero es una necesidad retransmitirla porque movilza cosas muyt intensas dentro de tí
Giovanni... la historia llega a mi corazon... imagino todo en mi mente y sabes muy particularmente cada vez que escucho hablar sobre el holocaustro de la segunda guerra mundial me estremezco,,, si existe la reencarnacion aveces siento que yo vivi en ese tiempo en mi vida pasada, sobre todo porque cuando fui a Italia senti una sensacion muy fuerte de miedo cuando estaba en una estacion de trenes, no se si exista la reencarnacion (no creo mucho), pero si asi fue quizas fui una italiana judia y cada vez que escucho esas historias, siento como si sintiera el dolor de esas persona... gracias por compartir con nosotros esta historia
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