Wilders en Holanda
Wilders levanta mucha expectación mediática allí donde va (Emmanuel Dunand / AFP) |
Wilders arranca su polémica campaña con promesas de “desislamizar” Holanda
- “Hay mucha escoria marroquí que hace que las calles sean inseguras”, asegura el ultraderechista holandés
”Si lo que buscáis es tener de nuevo en vuestras manos a este país, solo podéis votar por un partido. Hay mucha escoria marroquí en Holanda que hace que las calles sean inseguras”, advirtió Wilders a sus seguidores.
En medio de una estricta seguridad y perseguido por decenas de cámaras de televisión procedentes de todas partes del mundo, prometió “desislamizar” los Países Bajos y “devolver Holanda a los holandeses”.
Wilders ha elegido empezar su campaña de tres semanas en una zona un tanto peculiar pero también estratégica, por la existencia de pobreza y delincuencia.
Lo hizo en Spijkenisse, un barrio pluricultural de Rotterdam, una ciudad portuaria donde reside una importante población musulmana y cuyo alcalde, Ahmed Aboutaleb, es el primer político de origen marroquí al mando del ayuntamiento de una importante ciudad europea.
Wilders se paseó primero por el mercadillo de los sábados que acoge este barrio popular y después caminó unos metros entre la gente. El populista repartió abrazos, besos, se hizo fotos y selfies con sus seguidores, especialmente las mujeres, y también entregó un papel del tamaño de un folio que recogía su programa electoral al completo.
Sus planes son deshacerse de la Unión Europea, que considera causante tanto de los recortes económicos que se aplicaron en los años pasados en el país como de los problemas sociales, que atribuye a la crisis de los refugiados. Aseguró que restablecería los controles fronterizos para “decidir quién entra” a Holanda.
Asimismo, prometió cerrar todas las mezquitas, prohibir el Corán y encargarse de esa “escoria” de marroquíes, en referencia a una comunidad que, incluyendo la tercera generación, supone el 2,2 por ciento del total de población holandesa.
”Venimos a darle nuestro apoyo. Él no está solo. Es el único que defiende a los holandeses de verdad y que va a recuperar nuestro país”, dijo a Efe Marcela, una mujer de unos treinta años que acudió a primera hora de la mañana para arropar a Wilders.
El acto ha contado con decenas de agentes y seguridad adicional para proteger a uno de los políticos más amenazados del país y que desde hace más de una década únicamente aparece en público con guardaespaldas.
Wilders está en el punto de mira desde el asesinato en 2004 del cineasta holandés Theo van Gogh, autor de múltiples críticas y declaraciones polémicas contra la inmigración y el fundamentalismo islámico. El inicio de la campaña también estuvo acompañado de unas polémicas consignas pintadas en la mezquita Moluccan, en Waalwijk, en el sur del país.
La jornada ha suscitado un gran interés internacional, ya que las elecciones holandesas son las primeras este año en Europa que medirán, a través de Wilders, el peso del populismo en la región, tendencia creciente desde la victoria de Donald Trump en EE.UU.
De hecho, Wilders habló tanto en neerlandés como en inglés para exponer los puntos principales de su programa electoral, que no incluye Educación, Sanidad, ni otras cuestiones de interés nacional.
El PVV lidera la mayoría de las encuestas de intención de voto conocidas en los últimos meses, y encabezaría al Parlamento holandés con hasta 30 escaños, por delante del Partido Popular y Democrático (VVD) del actual primer ministro, el liberal Mark Rutte.
7 Comments:
Uno de mis directores de cine españoles favoritos, Luis García Berlanga, ya fallecido, rodó su último film París-Tombuctú en 1999, consciente de que sería la última película que haría. En la escena final, unos van en bicicleta por una carretera comarcal y en un giro, escrito letras grandes en una pared de piedra, se lee: TENGO MIEDO.
Fue su último mensaje. Y me di cuenta de que, viendo cómo iba el mundo, también yo, aunque más joven que él, lo tenía.
¡Qué decirte ahora con lo que está pasando! La salida a esa economía global que precariza a los trabajadores occidentales y miserabiliza a los del tercer mundo no es la buena, sino la peor de las posibles. De lo muy malo, parece que nos deslizamos a lo terrible con el desvío fascista.
Temo que estemos repitiendo los años 30 del siglo XX, que condujeron a esos 40... y ahora, con unas décadas de adelanto, todo podría ser muchísimo peor de lo que fueron los 30 y los 40 del XX.
¿Cómo vencer el miedo con prácticas políticas que nos devuelvan la esperanza?
Os he leído a los dos. Un abrazo
NáN (y José Luis), si tenemos miedo actuamos (atacamos o nos defendemos) o nos escondemos.
La esperanza not mantiene vivos.
Y ahora voy a ver como Google traduce este texto en inglés:
If we are afraid we act (attack or defend ourselves) or hide.
Hope keeps us alive.
No suena mal.
Abrazos
NáN y José Luis, mi comentario suena tal vez un poco raro (y agresivo?) pero es porque estuve generalizando sobre como un ser humano o animal actua cuando hay peligro. En el caso concreto de políticos como Wilders estoy a favor de argumentar de manera calma porque ellos no tienen razón y cuales son buenas políticas de respuesta a los problemas de la globalización y una Unión Europea no democrática y las políticas neoliberales.
NáN y José Luis, el 'porque' en 'de manera calma porque ellos no tienen razón' tenía que ser 'por qué'.
No he visto ni sentido "agresividad" en tu comentario. Y tienes razón. Siempre digo que debemos estar informados y debatir con calma y con respeto.
Simplemente, me parece, por primera vez, eso es ya insuficiente. De alguna manera que se me escapa, se ha instalado lo que llaman "la posverdad", es decir una falsedad que se da como si fuera alternativo, como si uno pudiera decir lo que quiera sin tener que razonarlo: mentir ya está permitido.
Y ante eso, ¿qué podemos hacer? De ahí que empiece a sentir miedo: las redes sociales favorecen que esas posverdades se extiendan.
NáN, la mentira suave pero perversa, el brainwashing or molding or framing (o newspeak), se ha instalado en los medios de comunicación y también en los planteamientos políticos y eso ha contribuído a la creación de un clima en que la verdad o la búsqueda de la verdad ha movido al segundo plano. Vivimos en un tiempo muy ideólogico y propagandístico y la gente que está crítica con la derecha populista muchas veces no ve su propia propaganda. Yo creo que todo ese clima, también influido por enmarcar o presentar la política como si fuera una competición deportiva con ganadores y perdedores, lleva a esas mentiras peligrosas o posverdades.
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