Sigo aprendiendo
No me puedo imaginar que esta foto haya sido tomada hace 32 años, casi a la mitad de mi vida hasta ahora. Yo tenía 37 años cuando mi hija nació.
Tanto antes como ahora toco la guitarra para una pequeña criatura a la que amo. Ayer sentí la misma cercanía a mi nieta que tuva antes con mi hija. Sigo jugando, mirando, escuchando, tratando de entender lo que ella piensa, quiere y extraña (hasta ahora, más que cualquier otra cosa, la comida, es decir, la leche de su madre).
Ayer, en la mañana, cuando mi hija llegó con su hija, como todos los martes, cogí de inmediato la guitarra... Mi hija filmó a su hija escuchando atentamente lo que yo le tocaba y cantaba.
Al final del día, a la hora de la cena, cuando mi compañera y yo estuvimos por llevarla a la casa de nuestra hija, canté una canción improvisada de despedida para mi nieta. Comenzó a llorar, no de tristeza, creo, sino de susto o emoción. Tuve una voz dramática y sólo me di cuenta de eso cuando ella comenzó a llorar.
Sigo aprendiendo.
PD: Todavía me siento cerca de mi hija, de la misma y de otra manera. Ahora los dos somos adultos, ella es madre y yo soy padre y, además de ser hija y padre, somos amigos.
Tanto antes como ahora toco la guitarra para una pequeña criatura a la que amo. Ayer sentí la misma cercanía a mi nieta que tuva antes con mi hija. Sigo jugando, mirando, escuchando, tratando de entender lo que ella piensa, quiere y extraña (hasta ahora, más que cualquier otra cosa, la comida, es decir, la leche de su madre).
Ayer, en la mañana, cuando mi hija llegó con su hija, como todos los martes, cogí de inmediato la guitarra... Mi hija filmó a su hija escuchando atentamente lo que yo le tocaba y cantaba.
Al final del día, a la hora de la cena, cuando mi compañera y yo estuvimos por llevarla a la casa de nuestra hija, canté una canción improvisada de despedida para mi nieta. Comenzó a llorar, no de tristeza, creo, sino de susto o emoción. Tuve una voz dramática y sólo me di cuenta de eso cuando ella comenzó a llorar.
Sigo aprendiendo.
PD: Todavía me siento cerca de mi hija, de la misma y de otra manera. Ahora los dos somos adultos, ella es madre y yo soy padre y, además de ser hija y padre, somos amigos.
2 Comments:
Me ha gustado mucho lo que has escrito, todo es verdad, y bello y sincero, lo noto.
Un abrazo
Gracias, José Luis. Cómo uno no puede ser sincero en la cercanía de una nieta inocente? (bueno, hay quizá personas que presentan cosas más bellas de lo que son, pero si las viven así, si embellezcan, qué decir?)
Un abrazo
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