Una carta desde Santos
Bom dia !
Ahora estamos tres días en Santos, el puerto a sesenta kilómetros de São Paulo. Es el puerto más grande de América Latina. Es un antiguo puerto, los portugueses llegaron aquí poco después del año 1500. La ciudad se encuentra en una isla en la costa y está rodeada de anchos ríos, lagunas, montañas con vegetación tropical, bosques de manglares. En los muelles del puerto, además de grandes buques portacontenedores chinos y buques europeos, están muchos barcos desvencijados y transbordadores.
Ahora estamos tres días en Santos, el puerto a sesenta kilómetros de São Paulo. Es el puerto más grande de América Latina. Es un antiguo puerto, los portugueses llegaron aquí poco después del año 1500. La ciudad se encuentra en una isla en la costa y está rodeada de anchos ríos, lagunas, montañas con vegetación tropical, bosques de manglares. En los muelles del puerto, además de grandes buques portacontenedores chinos y buques europeos, están muchos barcos desvencijados y transbordadores.
En la orilla se encuentran innumerables bodegas, galpones derrumbados,
viejas oficinas portuarias coloniales y silos, y en la boca del río y en alta
mar navegan enormes transatlánticos, barcos oxidados, botes coloridos, dragas -
también una de los Países Bajos - y remolcadores, todo mezclado. Es una hermosa
vista, todos esos barcos en medio de las islas montañosas en el agua brumoso.
Según
un empresario brasileño que tiene dos fábricas de hielo en el puerto y conoce el puerto
más de cuarenta años, el lugar es un gran lío de malos caminos para camiones
(muchos empedradas no bien planas y agujeros en la carretera), de ferrocarriles
pobres, de cobertizos en mal estado en el que nada más se hace, de corrupción
rampante en todas partes, al igual que en todas partes de la economía
brasileña. En definitiva, una triste historia de oportunidades perdidas para
hacer un puerto ordenado y una economía ordenada, según el empresario.
Luego por la tarde nos
dirigimos a través del puerto con el empresario brasileño, como si fuera el dueño del puerto él conducía su jeep a lo largo de
los muelles y almacenes, metiéndose entre los camiones, y vimos con nuestros
propios ojos que en verdad el puerto es un lío, pero un lío muy vivo y con
mucha actividad, mientras que según el empresario era un día tranquilo! Y el puerto
es grande, se estrecha a muchos kilómetros de largo.
"El puerto de Valparaíso es pequeño pero bien
organizado," dijo el empresario. Opinaba que Chile era el país mejor organizado
de toda América Latina. En segundo lugar venía Uruguay. Y el resto de América Latina
en realidad era nada.
Esta mañana hablé con un empresario inglés, de 70 años, que tiene una agencia para
el manejo de las embarcaciones. Él estuvo hace mucho tiempo una vez en Delfzijl, el puerto donde Aafke
nació, para comprar su primer barco, cuando
todavía trabajaba de capitán. Encontró Delfzijl un agujero desagradable donde no había nada
que hacer, y comparó Brasil con los Estados Unidos, un país con posibilidades
ilimitadas. Se quejó en particular sobre la ineficiencia y la obligación
de emplear a los miembros de un sindicato. Pero dijo que era bueno que gracias
a los gobiernos de Lula habían menos pobres. Y encontró Brasil un lugar
agradable para vivir: no había racismo y la gente era agradable.
Y ahí nos encontramos con otro
escritor, Alessandro Atanes, que nos dio un libro, "Esquinas do
Mundo", sobre puertos y literatura. Él escribe principalmente sobre los
escritores que han visitado el pintoresco puerto de Santos: Albert Camus, Pablo
Neruda, Blaise Cendrars, y los escritores brasileños. Le dije a Alessandro que nosotros
también escribimos sobre puertos y literatura, sólo nos centramos más en la
economía internacional.
Lo que está pasando en Santos, y en todos los puertos, es que el gobierno quiere privatizar una parte del puerto o el puerto completo, lo que significa que habrá muchos despidos entre los estibadores y que el contratar del trabajo ya no estará regulado a través de los sindicatos. Habrá contratación libre, individual. Los sindicatos se oponen. Pero el empresario inglés con quien hablé esta mañana, está a favor de la privatización y libre contratación. Él cree que las leyes laborales tienen que cambiar para que los operadores portuarios privados no sean obligados a contratar mano de obra por medio de los sindicatos sino que ellos pueden elegir libremente sus empleados. El taxista que me llevó a la cita con el inglés y quien había trabajado muchos años en el puerto me dijo que antes había 9.000 trabajadores en el puerto y ahora sólo 5.000, como consecuencia de la mecanización y computarización.
Lo que está pasando en Santos, y en todos los puertos, es que el gobierno quiere privatizar una parte del puerto o el puerto completo, lo que significa que habrá muchos despidos entre los estibadores y que el contratar del trabajo ya no estará regulado a través de los sindicatos. Habrá contratación libre, individual. Los sindicatos se oponen. Pero el empresario inglés con quien hablé esta mañana, está a favor de la privatización y libre contratación. Él cree que las leyes laborales tienen que cambiar para que los operadores portuarios privados no sean obligados a contratar mano de obra por medio de los sindicatos sino que ellos pueden elegir libremente sus empleados. El taxista que me llevó a la cita con el inglés y quien había trabajado muchos años en el puerto me dijo que antes había 9.000 trabajadores en el puerto y ahora sólo 5.000, como consecuencia de la mecanización y computarización.
“Ellos quieren hacer de Santos un puerto aún mucho más
grande", dijo el empresario inglés riéndose. "Pero tengo que ver qué sucede,
porque ¿dónde se construyen los muelles, aquí en esta zona húmeda? Es mucho más
barato y más eficiente construir un nuevo puerto a cincuenta kilómetros de aquí."
El puerto de Santos fue construido a finales del siglo XIX por los ingleses y
manejado por ellos durante muchos años.
En esa época todo giraba alrededor del café, como hemos visto en el Museo del
Café en el centro de Santos. Millones de inmigrantes acudieron a la zona de São
Paulo, la mayoría japoneses, pero también casi un millón de italianos. Yo sabía
que vivían De Ferrantes en Brasil, el apellido de mi abuela italiana. A través
de internet encontré a una señora de más de ochenta años en Paraná, que se
llama Ceres de Ferrante y cuyos abuelos vinieron de Diamante, en Calabria, al
igual que familia de mí. Encontré un número de teléfono de ella y la llamé. Le
prometí que iba a enviarle algunas fotos de mi familia de Diamante cuando
estaba de regreso en Holanda.
13 Comments:
¡Qué interesante es encontrar gente tan próxima y lejana!
Oh qué preciosa e interesante carta. Mil gracias, Giovanni!!
Volví enriquecido, Pau. Y también con mucho entusiasmo y nueva energía. A veces hay que viajar y cuando tienes un proyecto, el viajar puede volverse aún más atractivo.
Ya eres 'abuelo'? Supongo que sí, porque ese un día o doas ya han pasado.
Hay cuatro cartas más, Isabel, pero no sé si todas son tan interesantes. Fue un placer traducir esa primera, que era la quinta, y espero que las otras me darán semejante placer.
Soy abuelo-tío. En realidad lo soy desde hace 8 años. Mi hija me hará abuelo en febrero.
Digo abuelo-tío porque mi cuñada tiene 20 años menos que yo y quedó huérfana a los 11, mi suegra es como si no existiera y su hermano mucho peor. Xeli y yo hemos hecho de padres y ahora de abuelos.
En cualquier recóndito lugar siempre
hay alguien cercano, muy interesante Giovanni.
Un abrazo.
Pau, os felicito. Qué hermoso, no, ser padre y ser abuelo? Yo espero que se atrase todavía un poquito el momento de ser abuelo. Ese nuevo proyecto de escribir un libro sobre puertos y el mundo en que vivimos, me tiene bastante ocupado.
Maria Dolors, y el último día me encontré con un trabajador del puerto que me preguntó de sacar una foto de sus dos pequeños hijos y él y ahora tengo una correspondencia hermosa con él. Ha vivido 10 años en Barcelona, hasta que tanto él como su mujer (una alemana) perdieron el trabajo y se quedó en paro.
Un abrazo
Maria Dolors, ...y se quedaron en paro. Decidieron de ir a Brasil de donde él viene. Tal vez me acercó porque veía a Aafke pintar los barcos que entraron por mar en el puerto y veía que éramos extranjeros. Su abuela era holandesa... La cercanía se da por todos lados, allá y acá.
Es apasionante lo que nos cuentas y lo más asombroso es haber encontrado esa señora allá que es pariente tuya.
Un abrazo!
Montse, después de publicar esta carta desde Santos, la última carta que escribimos durante nuestro viaje, Aafke y yo hemos agregado una frase al final:
Via handel, politiek, cultuur en emigratie zijn alle werelddelen, en wij mensen ook, met elkaar verbonden.
O sea: Por medio de comercio, política, cultura y emigración todos los continentes están interconectados y nosotros, gente, también.
Un abrazo
Me han gustado las fotos y el contenido de la carta. Un puerto tan grande y con tanta actividad tiene que dar para mucho, para ver mucho y no llegar a aprendértelo nunca del todo, por no hablar de las fotografías que se pueden hacer. Deben haber cafés, también.
Supongo que hay personas para las que su vida es eso, "ese espacio". A veces pienso qué estará haciendo, en este momento, mi hijo (en Barcelona, Pau, en San Cugat), pero también qué hará, qué vida llevará el vecino con el que hablé en Burbia, León, hace un tiempo, o en Bares, el año pasado, o, pensando en ambientes marítimos, qué hace el práctico del puerto de Santander en invierno, cuando llueve a menudo y no todo es tan idílico como en verano. O, más cercano, cuántas horas estará el tractor en el campo que acabo de pasar esta mañana. En fin, tantas vidas como personas.
Un abrazo a todos.
Y tantas máquinas (coches, tractores, máquinas fotográficas, cosechadoras, lavadoras) como personas, José Luis. Todos vivimos en un rinconcito o varios rinconcitos, algunos parecen de poca importancia económica o de poder pero son grandes en otros aspectos, otros parecen grandes en aspectos económicos y de poder pero son pequeños de espíritu o de cultura. Mi hijo está en Canadá y no tengo la menor idea de lo que está haciendo... a pesar de que nos hemos enviado e-mails hace poco.
Santander en invierno... Suena lindo.
Un abrazo
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