El olivar (1)
acompañado por mi querida hermana Barbara.
Una tarde travesamos un olivar
recordando odiseas anteriores
buscando
la esperanza de nuestra memoria.
(disculpas por mi castellano deficiente)
–Bueno, habiendo llegado a Leopardi y al Romanticismo creo que ya está todo dicho, aunque no hemos hablado de Machado...
Sí, don Antonio. Y su Abel Martín y su Juan de Mairena, que son la ironía, el contrapeso, una grandísima burla, una estrategia. Mi padre decía: «Estos poetas son grandes estrategas», refiriéndose a Machado. Cuando se cita al Machado filósofo, pensador, se tiende a separarlo del poeta. Pero a éste no se le puede ignorar ¿verdad?
–En consecuencia, la palabra iniciada va saltando caprichosamente de la poesía al pensamiento.
Salta sin capricho ninguno. ¿Recuerdas estos versos?: «Olivo solitario/lejos del olivar, junto a la fuente,/olivo hospitalario/que das tu sombra a un hombre pensativo/y a un agua transparente.» Ahí fundió Machado la poesía y el pensamiento.
(parte de una conversación con María Zambrano)
6 Comments:
No tienes que pedir disculpas por tu castellano, se entiende perfectamente.
Saludos
El castellano no tiene nada de deficiente. Me ha gustado el post, en mi caso me ha recordado a los infinitos olivares andaluces.
This comment has been removed by a blog administrator.
Tienes razón, llevamos cierta sincronía en nuestros post, faros, bosques brumosos...Estamos en sintonía...
Abrazos
Que curioso Giovanni, qué curioso. Contemplaba la fotografía, y aún sin haber leído el texto, "Machado" vino a mi memoria...eres mágico.
El olor de los olivos, denso, penetrante, diferente. Pasé no hace mucho, unos días de veraneo en Jaen, tierra por excelencia del olivo. Pasee entre olivares de belleza terca, con el eco de los grillos por compañero tenaz. El sol nunca fue más amarillo, ni el amarillo más sol que entre aquellos olivos de Jaen. Saludos
Post a Comment
<< Home