Vacaciones en Yugoslavia (2)
Éramos ocho amigos que viajamos a dedo desde Groningen a un pueblo yugoslavo al lado de las fronteras de Albania, Yugoslavia y Grecia. Durante una semana los que ya habían llegado se reunieron a mediodia en la plaza del pueblo hasta el día en que el grupo estaba completo. Tuvimos que ir a otro pueblo porque estábamos demasiado cercano a la frontera. Encontramos un lugar para acampar y de ahí hicimos una caminata por la orilla de un río. Como el sendero estaba subiendo en la montaña y los arbustos se pusieron muy densos, sólo Aafke y yo continuamos, hasta que fue imposible avanzar más. Tuvimos que bajar y cruzar el río, que no era fácil.
Ahora sigo con la traducción de un fragmento de una carta que escribí a mi madre, porque representa bien el ambiente, la atmósfera de aquellas vacaciones (solía escribir cartas largas a mi madre):
"Los otros habían vuelto [de esa caminata] a través de un pueblo de montaña. Se habían sobrealimentado con moras colgadas en los árboles. Estaban encantados con ese pueblo y decidimos de buscar una casa allá por la mañana.
Alto en el pueblo vimos una escuela que nos parecía el lugar ideal. Después de cierta confusión encontramos una chica que hablaba inglés. El maestro estaba ausente una semana, pero de repente todo estaba arreglado. Una mujer que limpia la escuela tenía la llave. Fuimos todos juntos a la escuela y limpiamos un local. Después buscamos nuestras carpas y sacos de dormir del terreno donde acampamos y nos hemos instalado en el local.
Ahora estoy escribiendo en el local. Bancos y mesas escolares hacen que sea muy cómodo. Willem acaba de hacer café para nosotros. Estamos sentados alrededor de la mesa, mientras que Willem toca el violín. En el local de al lado un médico ofrece consulta médica a los pobladores. Aafke ha dibujado esta mañana, Babs y Els han lavado ropa al lado del pozo de agua. Por supuesto, las mujeres del pueblo les han quitado la ropa, porque encontraron que Babs y Els eran demasiado lentas y hicieron el lavado de forma demasiado débil.
Ayer vi a las mujeres golpeando pimientos hasta que se transformaron en hierbas. Es un trabajo pesado, lo he hecho también un rato. En un otro lugar mujeres estaban separando el trigo de la paja lanzando los dos en el aire mediante el cual la paja más ligero se sopla lejos hacia los dos lados. Los hombres trabajan todo el día en los campos. Tienen pequeñas parcelas donde cultivan todo lo que necesitan para su propio uso.
Nos han pedido de hacer música esta noche en algún lugar. El dos de agosto habrá una fiesta aquí, espero que todavía estaremos."
Ahora sigo con la traducción de un fragmento de una carta que escribí a mi madre, porque representa bien el ambiente, la atmósfera de aquellas vacaciones (solía escribir cartas largas a mi madre):
"Los otros habían vuelto [de esa caminata] a través de un pueblo de montaña. Se habían sobrealimentado con moras colgadas en los árboles. Estaban encantados con ese pueblo y decidimos de buscar una casa allá por la mañana.
Alto en el pueblo vimos una escuela que nos parecía el lugar ideal. Después de cierta confusión encontramos una chica que hablaba inglés. El maestro estaba ausente una semana, pero de repente todo estaba arreglado. Una mujer que limpia la escuela tenía la llave. Fuimos todos juntos a la escuela y limpiamos un local. Después buscamos nuestras carpas y sacos de dormir del terreno donde acampamos y nos hemos instalado en el local.
Ahora estoy escribiendo en el local. Bancos y mesas escolares hacen que sea muy cómodo. Willem acaba de hacer café para nosotros. Estamos sentados alrededor de la mesa, mientras que Willem toca el violín. En el local de al lado un médico ofrece consulta médica a los pobladores. Aafke ha dibujado esta mañana, Babs y Els han lavado ropa al lado del pozo de agua. Por supuesto, las mujeres del pueblo les han quitado la ropa, porque encontraron que Babs y Els eran demasiado lentas y hicieron el lavado de forma demasiado débil.
Ayer vi a las mujeres golpeando pimientos hasta que se transformaron en hierbas. Es un trabajo pesado, lo he hecho también un rato. En un otro lugar mujeres estaban separando el trigo de la paja lanzando los dos en el aire mediante el cual la paja más ligero se sopla lejos hacia los dos lados. Los hombres trabajan todo el día en los campos. Tienen pequeñas parcelas donde cultivan todo lo que necesitan para su propio uso.
Nos han pedido de hacer música esta noche en algún lugar. El dos de agosto habrá una fiesta aquí, espero que todavía estaremos."
9 Comments:
¡Uau! Realmente se respira libertad. No hay desconfianza de los aldeanos yogoslavos hacia los jóvenes holandeses. No los gobiernos, pero sí las personas parecían más cercanas en aquellos tiempos. Recuerdo que fui con un amigo a Ibiza (mucho antes de que la isla se hiciera famosa para el turismo). Teníamos poco dinero y entramos en un restaurante de la ciudad, de los de toda la vida. Pedimos un menú para la cena para compartirlo. Nos pusieron dos menús, diciendo que nos cobrarían solo uno. Al terminar y pagarlo, nos preguntaron cuánto tiempo íbamos a estar. Al decirles que una semana nos dijeron que nos esperaban a cenar todas las noches: nos pondrían dos menús y nos cobrarían uno.
Era un restaurante modesto, donde comían y cenaban los trabajadores.
Me encanta tu historia, NáN. Todavía se encuentra esa bondad y hospitalidad, pero creo que antes era más común.
Supongo que ese mundo, o más bien esa forma de relacionarse, ha desaparecido o queda muy poco de él. Lo que hacían los agricultores entonces allí no era muy diferente de lo que entonces hacían aquí. Los efectos del "desarrollismo" aún serían escasos, creo.
Me han gustado las dos historias, sois gente diferente.
Un abrazo
¡Qué linda experiencia!
¡Yo a hoteles, por favor y que sean buenos!
Abrazos
¡Feliz cumpleaños, Giovanni! Un beso!
Menos mal que hay gente que se acuerda de estas cosas, y nos las recuerda a los demás: Feliz Cumpleaños
José Luis, ayer hablé con un chileno (alojado en nuestra casa) que me dijo que la hospitalidad chilena de antes no existe más por la desconfianza y el individualismo. Él había viajado a dedo en su juventud y fue invitado por gente desconocida. Me dijo que eso ya no pasa ahora.
Un abrazo
Myriam, fue una experiencia hermosa. Hoteles no hacen falta...
Un abrazo
Elvira y NáN, gracias!!
Abrazo, beso.
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