Wednesday, November 12, 2014

La pasión (7) - guardar el niño

No, no quería decir: guardar al niño, sino guardar el niño dentro de mí, mantenerlo vivo, no nostalgicando el pasado sino presenteándolo en el presente. (lo sé, esas palabras no existen y, sin embargo, existen)

Esta mañana (jueves) leí un libro que me gusta e intriga: "Dientes de leche", hecho por un conjunto de personas, entre ellas Alba. Haciendo clic en su nombre, Alba, tendrás acceso al libro.

Después de haber descubierto ese sobre italiano con negativas (ve el post de ayer) descubrí fotos de mi familia que nunca había visto o de que he olvidado su existencia. Vienen de la casa de mi querida tía Ellen.

En la foto de arriba veo la bicicleta que en ese momento, diciembre 1953, era todavía de mi hermano pero el año después era mía, regalada para mi cumpleaños.

Veo en la foto también como 'guardo a mia piccola sorella', miro a mi pequeña hermana, y sé que hay otras fotos en que miro también a ella o la toco o abrazo o la doy la mano siendo su hermano mayor cercano.

Veo en la foto también que hay hojas caídas, igual como las hay ahora por delante y atrás de mi casa. El martes estuve juntándolas para botarlas entre los arbustos y árboles que están detrás de la pared de nuestro jardín.

La foto de arriba ha sido tomada delante de la casa donde vivía en aquel invierno suave (?) de 1953. Una de las diferencias entre aquellos años y los de ahora es que puedes recurrir a internet para saber cuán suave o severo era aquel invierno del año 1953.

Por atrás de la foto mi madre ha escrito, para su hermana Ellen, que el gato se llama Sam. Lo había olvidado. El conejo de mi hija también se llama Sam.

PS: Ayer puse otra foto desconocida de mi juventud en el otro blog, Thoughts. Y hoy también.

5 Comments:

Blogger NáN said...

Es obligatorio, pero imposible casi, guardar el niño cuando ya se ha dejado de serlo. Me gusta la definición que da del niño Francisco Umbral, en Mortal y rosa: "Cómo se hace suyo todo lo suyo, cómo entra en su mundo, cómo le pertenece. Sólo el niño tiene la capacidad de la posesión. Luego, de adultos, las cosas se nos despegan, son nuestras por los groseros trámites del dinero, el estupro, la posesión, la conservación, el coleccionismo, la propiedad, que es un delito. Pero al niño le pertenece todo naturalmente."

5:37 AM  
Blogger giovanni said...

NáN, hay que cuidarlo un poco, ese mantenimiento del niño dentro de ti, pero no es imposible ni tan difícil.

Me gusta sobre todo la última parte de la cita: al niño le pertenece todo naturalmente.

1:34 AM  
Blogger andandos said...

Hoy hablábamos de ese libro con un amigo. Parece ser que hay un capítulo dedicado a hablar mal de la música, con buena literatura, claro, pero mal. No me extraña, este suele ser un país desagradable con la música, bueno, con algunas músicas, con otras no, como todo.

Un abrazo

4:07 PM  
Blogger NáN said...

Para tu tranquilidad, José Luis, en ese libro Umbral arremete contra todo. Son las reflexiones desencantadas en el año en que murió por una enfermedad su hijo único, de cinco años.

11:21 PM  
Blogger giovanni said...

José Luis y NáN, cuando se te muere tu único hijo es lógico que estás enfadado.

Abrazos

12:41 PM  

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