Vibrar
Anoche le dije a mi suegra acostada en su cama: "Me voy, mañana volveré."
Ella me miró, apenas podía hablar, tan cansada es al final de su camino. Lentamente me dio una sonrisa que abrió el interior de su cara y pronunció dos palabras: "Jan Joost."
Ayer, junta a ella, murmuré nanas improvisadas. Hoy voy a llevar mi guitarra para hacer vibrar las cuerdas.
Ella me miró, apenas podía hablar, tan cansada es al final de su camino. Lentamente me dio una sonrisa que abrió el interior de su cara y pronunció dos palabras: "Jan Joost."
Ayer, junta a ella, murmuré nanas improvisadas. Hoy voy a llevar mi guitarra para hacer vibrar las cuerdas.
2 Comments:
Muy bello y tierno lo que cuentas. Espero que tenga un final dulce.
Un abrazo
Elvira, ella tuvo un final bastante dulce, sin sufrir mucho y lúcida hasta el último momento en que dijo que no quería un sedante. Pocos minutos después ella murió.
Un abrazo
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