La familia y la tierra
Se escucha el canto de los pájaros y del gallo. Se ve los chanchos, los pavos y los perros alrededor de la casa. Clorindo da a comer y beber a los chanchos y los pavos y sus pequeños nietos Belén y Carlos le ayudan. Adelvira del Carmen muestra a Aafke el huerto con arvejas, tomates y cedrón, esa “plantita fragrante” de que me gustaron tanto dos hojitas en una tasa de agua caliente.Un poco alejados de la casa se mueven las vacas lentamente en la pradera. Al horizonte está el volcán Llaima, tranquilo, cubierto con nieve.
Aquí viven Clorindo, Adelvira del Carmen, Wilfredo, Carola, Benny, Wilson, Diego, Walter, Belén y Carlos, y aquí he vivido yo también, en 1973, con Aafke, en un centro de reforma agraria.
Clorindo y Adelvira han tenido la suerte de recibir el título de una parcela de 50 hectáreas. Han manejado bien la parcela, juntos con sus hijos. Clorindo es el único de los 52 hombres que eran socios del centro de reforma agraria que todavía tiene su tierra. Posiblemente Enriqueta, la viuda de Rafael Reyes, también haya mantenido su parcela completa, pero no estoy seguro. Pudiera haberle preguntado cuando la echábamos una visita…
Pero no os cuento más, miren nomás el vídeo "La Familia y la Tierra".
posted by giovanni at 4:17 AM
8 Comments:
Supongo que un viaje así, a sitios en los que hemos vivido cierto tiempo, viendo a personas y lugares con los que nos hemos implicado, lleva necesariamente a hacer balance de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. El video me parece natural, casi idílico, visto desde aquí, es la vida rural tal como era aquí hace unos años ya, aunque en algunos sitios supongo que seguirá siendo así. No puedo generalizar.
Son gente encantadora, natural, debería decir, en el sentido de que no tienen artificios. Sus ropas, su entorno, su manera de hablar, su actitud me parecen indicar eso. La música, tu lo sabes, ayuda también. Solo puedo decir que me ha gustado mucho, como todo lo que has traído de este viaje.
Un abrazo
Qué bonito título, qué fuerza tiene el texto, el vídeo, las imágenes y las palabras
Ya veo te has traido el deje de aquellos pueblos.
Felicidades por estar alli en familia.
Besos
José Luis, otra vez he usado tu comentario en una nueva entrada en mi blog. Creo que aquí no necesito agregar nada, solo que me gustó mucho tu comentario.
Un abrazo
Aquí, sí, ese título surgió y altiro pensé: eso es.
Ella, Adelvira, es hija de una madre mapuche. Gracias a una visita anterior de Aafke y yo en el año 1992-93 ella reencontró a su madre quien filmé en ese otro vídeo de hace tres años, "Una familia de cuatro generaciones".
Besos
¡Qué hermoso, Giovanni! Y como dice José Luis, tiene ese aire auténtico, tan de agradecer para quienes no apreciamos las tonterías de la vida de sociedad.
Supongo que aunque aquí no se vea, debe ser una vida dura, la del campo. Me fijé inmediatamente en esas dalias preciosas, altísimas, se nota que están bien cuidadas y en buena tierra.
Estás hecho un artista. Besos
Elvira, no sé cuán duro es, aunque lo he vivido de muy cerca. Es un otro ritmo de vida y necesita más ejercicio corporal que la vida sedentaria (me refiero al sentarnos delante de la pantalla) nuestra. No está mal, ese ejercicio corporal, como lo viste también en la vida de Alejandro y Cristina.
Un artista? Thanks for the compliment.
Besos
Lo olvidé: la fotografía. Me gusta mucho. Parece tan fácil, hacer una fotografía así, en la que los fotografiados apenas posen, que los colores no sean exagerados o potenciados, equilibrada. Sabes, estoy seguro, que fotografías así invitan a la identificación, no al distanciamiento. Repito que me gusta mucho.
En la sociedad en la que vivo creo que las imágenes nos han cambiado a todos mucho nuestra manera de ver el mundo que nos rodea, para bien y para mal. ¡Es todo tan sofisticado!
Un abrazo
Un abrazo
José Luis, me alegro que la fotografía te gustó. Es un desafío y un encanto filmar así, que haya cercanía, pero creo que es sobre todo intuitivo. Uso una cámara pequeña y mis amigos están acostumbrados a que filmo. Creo que mi fotografía es sencilla, natural, y nada sofisticada.
Un abrazo
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