La curiosidad (1)
Volví a ser niño, a la altura de uno o dos de ellos, dos chiquillos, hermanitos, que estaban jugando a unos diez metros de la mesa en que yo estaba tomando mi café. La cámara de vídeo estaba puesta en la mesa, listo para captar algo que pasaba. Estuve al lado del camino que va a la playa, al horizonte se veía el mar. Vi el niño que estaba jugando con su hermanito. Se alejó, explorando un mundo diferente del lugar donde estaba jugando y llamó a su hermanito de venir con él. Pero... la madre vio lo que yo vi y ella no se limitó en solo observar...
6 Comments:
¿Adivinas en qué me he fijado yo? En ese precioso rosal.
Un beso
La curiosidad insaciable de los niños....que ternura de imágenes.
Un abrazo.
Elvira, cada uno su cosa... Según Aafke huelía rica... o se dice olía? (de huele y oler) Claro, hablo del rosal.
Un beso
Maria Dolors, es verdad, es insaciable. Y de algunos adultos también, aunque en menor grado. Será porque ya sabemos adonde nos lleva el camino? Pero eso no siempre es cierto, no lo sabemos! Sin embargo...
Que pases unos felices días, sea donde sea estés.
Un beso
En cierta manera has mirado como un abuelo, algo de lo que estás, estamos, cerca. Tratar con niños o jóvenes rejuvenece, a veces a la fuerza.
Un abrazo
José Luis, siempre he mantenido los ojos del niño y, ojalá los mantendré cuando me toque ser abuelo.
Un abrazo
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